JUANA DE CASTILLA, LA LOCA (1479-1555)
Segunda hija de Fernando e Isabel, los Reyes Católicos. Su educación estuvo marcada por la severidad, tanto de su madre como de sus maestros. Sus padres, con una política matrimonial diseñada para acorralar a la enemiga de sus reinos, Francia, planificaron su boda con el archiduque Felipe, llamado por su gran atractivo físico, ”el Hermoso”, primogénito de Maximiliano de Austria y María de Borgoña, logrando así una alianza con los reinos de Austria y Alemania.
Juana, enamorada y entregada a su esposo, recibió la desilusión de ver a Felipe actuando como un conquistador, cortejando a las damas de la corte, provocando enfrentamientos públicos que la hacían acusarlo desenfrenadamente de infidelidad. Del matrimonio entre Juana y Felipe nacieron seis hijos, entre ellos, Carlos, quien será conocido más adelante como Carlos I y V, futuro emperador, y heredero de los reinos de Castilla, León y Aragón, Alemania y Austria y, naturalmente, de América. Tras la muerte de sus hermanos mayores, Juana es proclamada heredera de Castilla y Aragón. A pesar de sus problemas mentales o de celos, Juana es nombrada por su madre heredera y propietaria de Castilla y León. En caso de que no quisiera o no pudiera gobernar, Fernando, su padre, deberá ejercer su función hasta que su hijo Carlos llegue a la mayoría de edad.
Tras la muerte de su esposo Felipe ”el Hermoso” y ante las actitudes de enajenación de Juana (no se cambiaba de ropa, siempre iba acompañando el ataúd de su esposo) se decidió encerrarla en el castillo-palacio de Tordecillas donde llevó una vida de retiro hasta que 48 años después murió. Junto a su hijo, el emperador Carlos I y V, Juana siguió siendo reina, pues las cortes de Castilla y León nunca la declararon loca y como reina aparecía en todos los documentos. Hoy Juana es recordada como la más desdichada de las reinas castellanas. Como reina de la Hispaniola otorgó el escudo de armas que sirve de matriz al escudo de Santo Domingo de Guzmán. Y como dijo Fray Vicente rubio: ”Ni él tan hermoso, ni ella tan loca.”