Con la anuencia y bendición de los Reyes Católicos, Colón se empleaba en preparar la segunda expedición, que zarparía de Cádiz el 25 de septiembre de 1493, la Reina Isabel, en una cédula real, fechada en Barcelona el 29 de mayo, le decía, muy de acuerdo con su fe, al Almirante que “deseando el aumento y acrecentamiento de la fe católica, le mandaban y encargaban que, por todas las vías y maneras posibles, procurase y trabajase por atraer a los moradores de aquellas islas a la fe católica y para dar impulso eficaz a la evangelización enviaba con él al docto Fray Bernardo Boyl, ermitaño de Montserrat, que habría de efectuar la instrucción religiosa de los nativos y le recomendaban que todos habrían de tratar amorosamente a los indígenas y promover el contacto y familiaridad mutua entre españoles y nativos, y que contra los que estorbasen esa amigable concordia el Almirante se habría de mostrar severo en el castigo”.
Su Eminencia Reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo Primado de América, impartió en el 2007 su excelente conferencia “El papel de Isabel La Católica en la Evangelización de América”