Coline dibuja desde siempre. Nació en Francia, creció en una ciudad pequeña. Estudió literatura latinoamericana y ciencia política y empezó a vivir en Latinoamérica desde los 19 años. Esto la llevó a darse un “baño de ciudad”, transitando por metrópolis como Bogotá, São Paulo, Río, Ciudad de México, Lima… Entendió que, por más grande que sean esas ciudades, no abarcan la totalidad de las conductas y las formas de ver el mundo de una cultura.
Empezó a desviar la mirada y a encontrar similitudes entre el pueblo de dónde venía y otros lugares “periféricos”, en el sentido amplio de la palabra: los países periféricos (que no forman parte del centro de poder a nivel mundial), el campo, los barrios periféricos, los grupos minoritarios, los pueblos indígenas… Ahí juntó las dos cosas que le apasionaban (el arte y las ciencias sociales), haciendo una tesis de maestría sobre los colectivos artísticos de las periferias de Bogotá.
En el 2021, Coline expuso en la Alianza Francesa de Santo Domingo, y hoy, varias de sus obras se exhiben en galerías de México, Madrid y Bogotá.
En Quinta Dominica presentará ”A Destiempo” del 9 de febrero al 3 de marzo del 2023. A través de este articulo tendremos un acercamiento a su interés como artista, conociendo su trayectoria.
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¿En qué te inspiras para crear una obra?
La poética de mi obra se basa en historias de la cotidianidad Latinoamérica que llevan a la exploración de la identidad de los pueblos latinoamericanos.
Por una parte, mi creación me sirve de válvula de escape para desatar tranquilamente mi insatisfacción ante ciertas realidades que me ahogan, en un intento de entender estas falencias.
Por otra parte, el arte que hago a veces nace también del asombro que siento ante ciertos descubrimientos, para plasmar realidades que creo que valen la pena ser conocidas, por lo general son omisiones de las narrativas prevalentes.
Mi práctica visual propone siempre una reflexión y una experiencia estética, porque no hay nada más aburrido que una obra de arte que no genere emociones en término de agrado estético y que tampoco de a reflexionar. Una vida sin pasión es lo mismo que una cárcel.
¿Cómo definirías tus creaciones?
Mis creaciones son una restitución por el medio del dibujo y de unos textos de unas inquietudes influenciadas por las ciencias sociales, mezcladas con vivencias cotidianas en este continente.
Me importa el valor sociocultural de las historias pero me tomaría décadas construir un andamiaje teórico respecto a los temas que abordo. Me gusta la idea de un arte cercano que surge de los relatos con los que me topé, tan fantásticos como verosímiles. Trasmito a través del dibujo esa otra Latinoamérica, esa Latinoamérica de otras voces. Espero que estas preocupaciones, que la academia ha estado manejando durante mucho tiempo, puedan tener más fluidez en el lenguaje universal del arte.
Nombre y descripción de la exposición a presentar en Quinta Dominica. ¿Cuántas piezas presentarás?
La exposición presentada en Quinta Dominica del 9 de febrero al 3 de marzo el 2022 se llama A Destiempo y contará con más de treinta obras.
Este nombre viene de una observación según la que el humano perdió el equilibrio. Ahí busco explorar dinámicas engendradas por la forma de vivir que tenemos a expensas de la harmonía con el tiempo de la naturaleza.
Nuestro afán antropocéntrico por dominar a la naturaleza y nuestra ansia del poder por dominar a los demás nos llevó a tener desafíos en términos de sostenibilidad ecológica y social: desigualdad, discriminaciones, migraciones, extinción de especies… El tiempo se nos va de las manos a pesar de la desenfrenada velocidad a la que nos llegan informaciones compulsivas que nos generan desazón.
Por otro lado, mis obras son una búsqueda de una identidad cultural. Al mismo tiempo que critico esta desmesura inherente al ser humano, muestro un talento innato que tenemos que es el rebusque, el “no parar hasta conseguir lo que queramos”. Muestro cómo el humano por un lado busca la armonía y la convivencia, pero por otro lado sabe que le ha tocado vivir una gran equivocación, injusticia e inequidad y busca borrar eso como sea.
También busco dar luz sobre algunas vías para imaginar otras formas de vivir, con otros sistemas de valores, que se desprenden un poco de las barreras que nos impone la racionalidad. Doy cuenta de unos ritos, creencias, saberes y tradiciones cuyo principio fundamental es una relación recíproca entre humanos y no humanos. Me interesa esa otra ética para la vida.
La idea es generar un encuentro y discusiones entre diferentes cosmovisiones. Espero tender puentes entre estos mundos para estimular reflexiones sobre nuestra presencia y nuestra acción en este planeta.
Si piensan que el arte no sirve para nada, quizás esta exposición permita detenernos un segundo para dejar de pensar que todo tenga que servir para algo, o para alguien. Y con eso, ya de por sí, sería una forma de poner frenos a esta temporalidad en la que el tiempo se volvió necesariamente sinónimo de lucro.
¿Cuáles son los materiales y técnica con los que trabajas?
Dibujo con marcadores de acrílico de las marcas Posca y Molotow, sobre fondo negro. Los colores vibrantes le dan viveza a la imagen para crear una sensación de un mundo espectral, surreal, que oscila entre lo concreto y lo imaginario. La tinta de estos marcadores es rica en pigmentos, resistente al paso del tiempo y brinda colores muy intensos, tanto los mates como los brillantes. Los diferentes tipos de puntas de los marcadores me permiten un trabajo milimetrado, con una atención en el detalle llevada al extremo.
Estos marcadores son la herramienta fetiche de las comunidades artísticas de la cultura urbana, entre los grafiteros. En ese sentido, siento que usarlos aporta a la diversificación de las técnicas utilizadas en el arte contemporáneo.